No hay futuro

Acababa de despertar, me notaba desorientado y no recordaba donde estaba, ni cómo había llegado allí. Me sentía ligero, como si flotara dentro de un lago o una piscina. Me incorporé y me di cuenta de que había estado durmiendo dentro de una especie de caja o contenedor transparente. Miré a mi alrededor y comprobé que estaba en un lugar cerrado, porque no podía ver el cielo, pero era muy grande, muy grande, demasiado grande para ser mi casa. 

Deambulé durante un rato por pasillos vacíos, asépticos y silenciosos. Atravesé salas y vi habitáculos con las mismas características. Por fin, encontré lo que parecía una ventana y me asomé. ¡No podía creer lo que veían mis ojos! ¡Estaba en el espacio!

¿Cómo había llegado allí? ¿Qué me había pasado? Mi último recuerdo era estar en el monte observando las estrellas en la noche de San Juan, junto a mi hermano y mi primo.

Junto a la ventana, incrustada en la pared, se alojaba lo que parecía una pantalla rectangular. No había botones ni teclas cerca de ella, pero la toqué con mis dedos y se encendió al instante. Pantalla táctil, claro, pensé. 

—Bienvenido a la Sirius 2090, me llamo Siri y puedes preguntarme lo que quieras—,  me dijo una mujer joven y hermosa que apareció en pantalla.

—¿Qué hago aquí?— pregunté atónito.

—Eres el único superviviente de tu especie. Ahora esta es tu casa. No pienses en lo que dejaste atrás, dijo Siri.

—¿Qué pasó? ¿Cómo llegué aquí?—. Estaba realmente alarmado. Pensé en mi familia. ¿Habían muerto todos? ¿Por qué? Las preguntas se agolpaban en mi cabeza. 

—Fuiste abducido por la Sirius 2090 antes de la explosión de tu planeta. La Sirius 2090 es una nave que viaja en el tiempo y en el espacio para estudiar las formas de vida inteligente de este universo. Aquí estarás bien. La nave está diseñada para cuidar a sus habitantes según sus propias costumbres. Ahora mismo sólo estás tu aquí, y yo, claro. 

La pantalla se apagó, Siri desapareció y me sentí muy solo. Volví a tocar la pantalla táctil. Siri volvió a aparecer y me dijo: Ahora deberías comer algo y descansar. Pronto llegaremos a tu destino.

¿Qué destino?pregunté alarmado.

No estoy autorizada a dar esta información. 

Se apagó la pantalla de nuevo, y por más que toqué y toqué la pantalla, Siri no volvió a aparecer.

Exploré la inmensa nave desierta. Descubrí como obtener comida. Sólo tenía que señalar en otra pantalla táctil las imágenes de los platos que me ofrecían y al instante se abría un panel en la pared con los manjares solicitados. Devoré todo con fruición y al poco noté un sopor extraordinario. Busqué un habitáculo con una cama y me tumbé. Me sumí en un sueño profundo. En el interior de mi mente escuché la voz de Siri:

En realidad tu también moriste en la explosión del planeta. Esta ilusión ha sido lo último que sentirás. Es mejor así. No hay futuro. Descansa, querido humano. 

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Esta es mi contribución al Vadereto de Acervo de Letras, abril 2022.




Comentarios

  1. Hola, Mercè.
    En primer lugar, bienvenida de nuevo al VadeReto. Me alegra que te hayas animado a participar.
    El relato es intenso y desalentador, aunque tiene también unos bellos matices de esperanza.
    Has usado la nave como metáfora de la barca de Caronte viajando por el espacio, como si fuera la laguna Estigia. Me ha gustado mucho esta actualización del mito griego del paso de la vida a la muerte. Sobre todo, porque te dejan comer bien antes de llevarte al Hades. 😝
    La narración controla perfectamente el ritmo y la intriga, para contagiarnos con ese ilusorio viaje, como al protagonista. Es esperanzadora esa despedida, durmiendo y con el estómago lleno, que permite un tránsito sosegado y feliz. Aunque, quizás, el viaje continúe de forma espiritual, ¿no?
    Felicidades, muy buen relato. Muchas gracias por tu nueva participación.
    Un abrazo. 🤗😊👍🏼

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    1. Gracias, Jose, nos reencontramos el próximo mes en el Vadereto de mayo. Un abrazo

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  2. Hola Mercè. Me encantó la manera cómo nos llevas hasta ese final tan inesperado. Un abrazo 🐾

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    1. Muchas gracias, Rosa, me anima mucho tu comentario. Seguiré con el reto. Un abrazo

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  3. ¡Vaya final! No sé si cruel o esperanzador... Buen relato. Un saludo.

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    1. Muchas gracias, hasta la próxima. Saludos

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    2. Este comentario es mío, no sé por qué me sale como anónimo, como el que te acabo de dejar en la reseña. Saludos

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    3. Hola Jose, al menos te he podido identificar. Muchas gracias por tus comentarios. Hasta pronto

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  4. Es un final lógico, casi deseado. No concibo que vida inteligente contacte con la raza humana por eso mismo, por inteligentes. Y lo de venir a exterminarnos, menos; con lo bien que lo hacemos solos. Lo que sí espero es la llegada de un gran meteorito y acabe con nosotros de una puta vez. El planeta lo necesita desde hace tiempo.

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    1. Estoy de acuerdo en que a nadie lo suficientemente inteligente para viajar hasta aquí se le ocurriría contactar con los habitantes de cualquier planeta. Y también en lo de que nosotros solitos ya nos estamos exterminando, y encima a sabiendas. Pero que tarde en llegar el meteorito, por favor :)

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  5. Hola, Mercè. Sueño o pesadilla vaya historia nos cuentas, para pensar durante toda la eternidad. Cada uno que escoja lo que prefiera, pues el viaje va a ser largo. Saludos

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