En la habitación del hotel apenas había una cama de matrimonio con mosquitera y una silla. El dueño organizaba excursiones y embarcamos con él en una canoa, río arriba hasta un embarcadero junto a un sendero que casi a diario tenía que despejar porque la selva lo devoraba todo en horas. La biodiversidad de la selva nos maravilló. Atenta a dónde pisaba, durante todo el camino lo pasé muy mal con las arañas, enormes. Sufro de aracnofobia. Junto al sendero, vimos un enorme ejemplar de 25 cm, peluda y gruesa, negra, con las patas extendidas, esperando a sus presas en el centro de una gran telaraña. –Tengan cuidado.... son venenosas–, nos advirtió el guía.
No sé si bromeaba. Me sentía paralizada, agarrada con fuerza a mi novio, Juan.
En el hotel, me eché en la cama con la mosquitera para evitar las picaduras de insectos. Juan estaba en el baño. Visualicé la araña de la selva, sintiendo de nuevo escalofríos. Me incorporé, alarmada. Giré la cabeza, despacio, hacia la almohada. Con un movimiento instintivo y súbito, retiré el cojín y allí estaba: una araña de la misma especie, de unos 9 cm, horrible, amenazadora. Grité, intentando escapar de la trampa en que se había convertido la mosquitera. No daba con la apertura. Juan salió del baño, me sacó de allí e intentó tranquilizarme. Al día siguiente nos fuimos, y aunque han pasado muchos años, en mis peores y recurrentes pesadillas, siempre aparecen ellas, las arañas, enormes y amenazantes, repugnantes, venenosas.
¡Hola, Mercè! Lo primero es agradecerte tu aporte al reto con este estupendo micro. Me gustó sobre todo esa imagen de ella "enclaustrada" en la mosquitera para encontrar bajo la almohada esa araña. Tiene mucho de metáfora en el sentido de que nos muestra que por mucho que evitemos el miedo, este siempre nos va a acompañar salvo que lo enfrentemos directamente. Vivir tras la mosquitera es ser derrotado por esa araña que, por otra parte, siempre encontrará la manera de entrar. Saludos!
ResponderEliminarGracias, David. Sí, la mosquitera además representa la telaraña. Saludos :)
EliminarHola, Mercé. Como apunta David, la mosquetera se convierte en la mejor metáfora que explica el miedo . Creo que este fabiaha salido en algún otro relato, pero todos tienen un punto de vista original. Me ha gustado. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Isan :)
EliminarHola, Mercè. Con una araña de semejante tamaño no me extraña que tuvieras fobia, menudo centollo de tierra. Y encima la telaraña la pones tú 😁
ResponderEliminarSaludos 🖐
Hola JM, en la vida real era una cucaracha enorme, igualmente horrible
EliminarHola, Merce. Nos inspiramos en la misma fobia. Tu relato transmite muy bien la angustia de la protagonista. Y como dice David, el mosquitero es fantástico, te muestra que ni siquiera con precauciones se puede evitar el avance de la araña. Ya me da claustrofobia, además.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Mirna, voy a leer tu relato ahora mismo.
Eliminar¡Hola, Mercé! ¡Mira que tu protagonista atreverse a ir de excursión a la selva padeciendo de aracnofobia! La escena en la cama es escalofriante. Solo de pensarlo se me pone la piel erizada. Un cordial saludo, Mercé.
ResponderEliminarHola Tara, pues imagínate, en realidad me ocurrió con una cucaracha enorme. Horrible.
EliminarPues no sé que es peor, arg!!!
EliminarBuenos días a todos, el hecho es que está inspirado en la vida real. Me ocurrió tal cual, pero en vez de una araña era una cucaracha enorme. Espeluznante, de veras.
ResponderEliminarHola, Merce. Las arañas, al igual que las cucarachas dan mucho asco. Y es que tienen un aspecto tan desagradable. ..
ResponderEliminarGracias por compartirnos tu historia. Un abrazo.
Muchas gracias :)
EliminarAraña o cucaracha que más da, una experiencia que hará inolvidable el viaje.
ResponderEliminarMercé, buena historia.
Un saludo.
Gracias, Ángel!
EliminarHola Mercè. Ante todo decirte que ha sido un placer leerte. La imagen de esa mosquitera, salvación y trampa a partes iguales, es de lo más impactante. No creo que nuestra protagonista vuelva a buscar una aventura selvática en su vida.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Bruno! :)
EliminarHola, Mercè. Se puede apreciar fácilmente la angustia de la protagonista. Más, con aracnofobia y esa horripilante araña con ella. Se dice; que a lo que se teme se atrae, y en este caso fue tal cual. Lo mismo que, en lugar de servir la mosquitera para ahuyentar a los insectos, la que se queda atrapada fue ella, lo inevitable, por lo general suele pasar. El relato me ha parecido muy visual, contado de forma hermosa y clara. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarGracias.
Saludos, y feliz semana;)
Muchas gracias por los comentarios, Mila :)
EliminarHola Mercè, tu relato es bastante gráfico, aunque hayas exagerado el tamaño de la araña, imagino que en sentido figurado, esa exageración es comparable a la dimensión de tu miedo. Las arañas las encuentro graciosas y son muy laboriosas, se saben ganar el sustento con ese teje que teje, pero otros bichos no, son repulsivos y haraganes.
ResponderEliminarTuve una experiencia semejante debajo de un mosquitero con una cucaracha, estaba justo arriba como observándome, y no sabía cómo salir de ahí sin que me cayera encima, por suerte lo logré, hasta recordarlo molesta..., las detesto y les huyo si vuelan. Aparecen hasta en mis sueños.
Como bien muestras, a veces nuestra aparente protección, resulta ser también una trampa. Lo mismo pasa con esa coraza que exhibimos para no demostrar debilidad, cuando en el fondo somos muy vulnerables.
Me ha gustado esa moraleja que ha dejado tu micro. Grata semana.
Gracias por los comentarios. Un abrazo
EliminarHola Mercé. No podía faltar en esta edición el miedo a las arañas, y que mejor escenario que esa selva plagada de ellas. La protagonista fue valeinte sin duda, pero no le sirvió para curar su fobia. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Jorge :)
EliminarMala idea la de tu protagonista, irse de paseo a la selva. Con esa fobia tenía todas las posibilidades de pasarla mal, pobre... Un abrazo 🐾
ResponderEliminarSi, es verdad, mala idea :)
EliminarUna araña de ese tamaño es para echarse a correr y encima dentro de la cama. Muy bien llevado lo de la mosquitera, a modo de telaraña humana. Un buen detalle. En cuanto a la fobia y a su superación, yo no creo que sea posible y a pesar de que tu protagonista lo intenta, al final es imposible o incluso peor. Creo que has mostrado muy bien la realidad de las fobias. ¡Buen micro!
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias :)
EliminarVeo que te pasaste por el blog. ¡Buen relato! Yo no tengo fobia a las arañas, eso creo, pero las odio. Y si me encontrara una como las que describes... también tendríua pesadillas.
ResponderEliminarSaludos
Sí, Jose, me pasé por el blog y lo sigo. Genial!
EliminarHola, Mercè, creo que es la primera vez que leo uno de tus relatos. Cuando están basados en experiencias vividas en primera persona logran transmitir las emociones con gran intensidad. De hecho cuando veo la imagen de la protagonista descubriendo la araña bajo la almohada, la mosquitera se ha transformado en la tela de araña dónde queda atrapada su víctima sin saber cómo escapar. Me ha gustado el micro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Carles. Hay experiencias que te quedan grabadas. Esta esperó muchos años a que la escribiera.
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