Preparándose para el ataque definitivo

 

—Tu respuesta ha sido más bien ambigua —mi dueño, ajeno a toda convención social, no se andó con rodeos. Esta fue su reacción cuando un vecino llamó a la puerta anteayer quejándose de que en la noche se veían fenómenos luminosos extraños en nuestra casa y en el jardín. Mi dueño le preguntó: —¿A qué se refiere exactamente?—, y el vecino sólo supo decir: —Pues no sé, ¡como luces de neón!

La conversación no fue más allá, y con toda educación mi dueño se hizo el desentendido. El vecino desistió y se fue, contrariado. Lo observé desde la ventana caminar hacia su casa, meneando la cabeza levemente, como si no se conformara con el resultado de su entrevista con mi dueño, girando la cabeza hacia nuestra casa cada seis o siete pasos. No me gustaba ese hombre. Si volvía a meter las narices, sabría lo que eran esas luces de neón. 

—Láser, será mejor que dejes de jugar de noche. Los vecinos se están dando cuenta de que algo extraño pasa en casa. 

Láser es mi nombre, y ya os imaginaréis el por qué, claro. Mi dueño no tenía ni idea de cómo llegué a tener ese super poder, porque no podía contárselo, no hablo su idioma, pero os lo voy a decir. 

Fue hace un año. Estaba en el tejado, dormitando al sol, cuando un resplandor intensísimo me envolvió. Totalmente cegado, cuando recuperé la vista, estaba en una especie de laboratorio, con unos seres extraños rodeándome. Para mi que eran extraterrestres, de cabeza y ojos enormes y sin pelo. No hablaban. Cuando me devolvieron a mi casa, que no sé cómo lo hicieron, me encontré de nuevo sobre el tejado, de noche. Un buho, cerca de mi, ululó, y en un acto reflejo lo achicharré con los ojos, literalmente, lancé unos rayos láser con los ojos, y quedó chamuscado, un poco más y quemo el árbol sin querer. He tenido que practicar mucho para afinar la puntería,  y por supuesto, mis prácticas son en la oscuridad. Por eso aquél vecino indiscreto vio esas "luces de neón". 

Al anochecer, el vecino volvió. Intentaba esconderse tras los troncos de los árboles de la calle. Ahí estaba, tras ese cedro... Decidí diviertirme dándole espectáculo... Lancé un láser, desde la puerta de casa hasta el cedro, en una línea recta, perfecta, negra y humeante. Se le salían los ojos de las órbitas. Me estaba divirtiendo de lo lindo. 

Me acerqué al cedro, despacio, con poderío, el vecino estaba detrás, probablemente rezando por su vida. Le quería dar otro sustito. 

Estaba muy oscuro, pero para mi eso no era problema, claro. De pronto, el vecino asomó la cabeza. ¡Llevaba una cámara en las manos! Disparó una fotografía con flash ¡y me dio él a mi el susto de muerte! 

Desapareció de mi vista antes de que acertase a enfocarlo con mis láser. Súbitamente, se desató una tormenta que me dejó totalmente empapado en pocos segundos. Un rayo de poco me fulminó en medio de la calle y no sé cómo conseguí llegar a casa y refugiarme bajo el porche. 

Mi dueño salió rápidamente a la puerta poniéndose las manos en la cabeza. Me cogió en brazos y me entró en casa. Estaba a salvo. Creo que pensó por un momento que el causante del desastre había sido yo, y en parte era así, pero bueno. 

Ayer vinieron los de urgencias a llevarse al vecino. Oí decir a mi dueño que se había vuelto loco, decía que yo quería matarlo con rayos láser y enseñaba la foto que me hizo cuando me acercaba al roble. Mi dueño me acarició la cabeza suavemente y me dijo: —Tuviste suerte de que cayó ese rayo. No vuelvas a hacer de las tuyas, ¿entendido?, no es el momento todavía. 

Por un momento, me pareció que la cara de mi dueño se transformaba en la cara de los extraterrestres que me abdujeron aquel día, y comprendí que ahora les pertenecía, que mi dueño en realidad no era mi dueño, y que estaba en posesión de un arma de destrucción para un fin concreto. Seguro que por ahí había otros gatos con láseres en los ojos, con dueños que ya no eran sus verdaderos dueños, preparándose para el ataque definitivo a la Humanidad. 



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Esta es mi contribución a los 52 retos de escritura Literup. Reto 52: Escribe una historia en la que la gente tiene como mascotas gatos que disparan láseres por los ojos.


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