El verano en el salón

 

—Ya lo sé, ya sé que tú tienes que negarlo, pero el color naranja de esa arena me parece excesivo. Eres un buen pintor, tus obras me encantan, pero ésta, esta playa de colores tan estridentes, no. Odio los colores subidos en un paisaje, prefiero los tonos pastel y blancos, que aportan paz y tranquilidad a mi espíritu. 

—Pero hombre, el Mediterráneo en verano es pura explosión de color. Los azules son brillantes y la arena arde. Eso es lo que quería expresar con mi pintura.

Esta conversación se desarrollaba en la galería de arte Artur Ramon Art, en Barcelona, en la inauguración de la exposición de la obra reciente de Miguel Muro, pintor afincado en Madrid. El crítico era su amigo Fernando Robles, de Barcelona.

—Lo que pasa es que viviendo en Madrid no puedes impregnarte de lo que es el Mediterráneo. Ve a la Barceloneta cada día y observa: ni en pleno agosto la arena es de este color. 

Una niña de ocho años que había asistido a la inauguración acompañando a su madre, permanecía cerca, observando la pintura. De pronto, exclamó, llamando la atención de su madre: —¡Mamá! ¡Este es el cuadro que más me gusta, es el verano en la playa! ¡Si la ponemos en el salón, siempre será verano!

La madre y otros visitantes se acercaron a la pintura, observándola atentamente. El pintor y el crítico quedaron atrapados entre el gentío que comentaba la pintura y asentía. Al punto, algunos le felicitaron por su trabajo y especialmente por ese cuadro. La pintura fue adquirida al instante por un comprador y al poco se vendió buena parte de la colección. 

Al final de la tarde, al despedirse, el crítico le dijo al pintor: —Enhorabuena, parece que vale más la opinión de una niña que la de un crítico, pero la verdad es que como ella dice, alguien se ha llevado el verano a casa. 

En cuanto salió por la puerta, se acercó la niña al pintor, y le dijo, echándosele al cuello en un abrazo: —Tío, no hagas caso a este señor. Oí lo que te decía, por eso le dije a mamá en voz alta lo que pensaba.

—¡Pues sí que eres lista, sobrinita! Pero, ¿te gusta mi cuadro, o no?

—Claro, tío, es el mejor de todos. 

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Esta es mi contribución al Desafío Yo escribo 2022. Reto de enero: utilizar 3, 4 o 5 palabras de las siguientes: Naranja (color), playa, odio, dona (rosquilla/pan dulce), vaso.

Comentarios

  1. Antes que nada, gracias por apuntarte al reto de escritura y muy lindo y reflexiva la historia, me encanto!!!!

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    1. Gracias, Felin. Acabo de publicar el relato del mes de febrero. Un abrazo

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  2. ¡Bonita historia de reencuentros! NO conocía este reto de escritura, me paso a conmocerlo.
    Saludos

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    1. Hola Jose, esta vez es uno al mes. Mucho más asequible que el reto semanal del año pasado. A ver si te animas. Un abrazo

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