Palabras para mi misma


He aquí todo ello tal y como la vida me lo ha dado. En los últimos días del año, aquí estoy, en mi Grecia natal, enumerando en mi diario todo aquello que la vida me ha aportado: una família estupenda, una casa con vistas al mar Egeo, una salud de hierro. Y todo tendré que devolvérselo algún día. Eso fue lo que sentí ayer al contemplar el atardecer sentada en la arena, frente al mar. A un cierto punto, el cielo se volvió rosado y celeste, reflejándose en las aguas calmas, todo quietud y paz. Una figura se acercó lentamente por la orilla. Era una anciana con ropas amplias y blancas, atemporales, las leves olas lamían sus pies a cada paso, con delicadeza, sus cabellos blancos recogidos en un pulcro peinado. Pensé que pasaría de largo, pero se detuvo ante mí, y se sentó a mi lado, a una distancia prudente. La miré para saludarla y al girar su vista hacia mi, descubrí estupefacta que esa anciana, era yo. Clavó sus verdes ojos en los míos, como si se tratara de un espejo. Ahora tengo cincuenta años, y mi otra yo bien podría haber contado unos ochenta. Nos observamos mútuamente durante unos instantes que parecieron una vida. Su semblante era tranquilo.
No estoy segura de si las palabras que intercambiamos y que intentaré reproducir aquí se pronunciaron de veras o fueron producidas por mi mente, pero establecimos un pequeño diálogo. 
—Pide un deseo —me dijo con dulzura. 
Titubeé, porque tuve la certeza de que lo que pidiera se cumpliría. 
—¿Qué pedirías tu? —le pregunté con inocencia. 
Sonrió levemente, como aprobando mi respuesta, y respondió: —Que todo lo que venga, traiga paz. 
No sé cómo, dejó de estar ahí. Sólo quedó un hueco en la arena ahí donde se sentó. 
En realidad, la vida me ha aportado cosas maravillosas, pero también momentos de sufrimiento que no he querido enumerar, pero en cualquier caso, aquí estoy y todo lo que ha venido, a pesar de todo, ha traído paz. Y sé que ese convencimiento y propósito me llevara hacia ese ser de luz que algún dia espero reencontrar en mi misma. 
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Esta es mi contribución al Vadereto de Acervo Letras diciembre 2021. Tema EL DESEO. 

Comentarios

  1. Precioso, Mercé.
    Maravillosa bienvenida a la familia acervolense.
    El relato destila dulzura, belleza y esperanza.
    La verdad es que es un deseo precioso, de apariencia sencilla y humilde, pero que reporta una inmensa grandeza de corazón. Porque desear cosas materiales nos producirá retazos de alegría, pero conseguir que la vida te regale sentimientos tan puros y placenteros está al alcance de muy pocos.
    Ojalá que tu deseo se cumple y nos inunde a todos de esa paz imprescindible.
    (A la que yo siempre añado Salud).
    Gracias por tu aportación al VadeReto.
    Muchas Felicidades para el Nuevo Año y enhorabuena por tu relato.
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias, José Antonio, me animas a seguir escribiendo. Estaré atenta a los Vadereto del 2022. Enhorabuena por tu blog. Hasta pronto

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  2. Hola, Mercè. Una historia evocadora en la difusa frontera entre lo real y lo espiritual. Una buena reflexión para encontrar la paz. 🖐️

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    1. Gracias, JM. Terminé el año en modo introspectivo. Encontrar la paz es un buen objetivo vital.

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